Desde la Terapia Gestalt vemos a los sueños como mensaje directo al soñante. Las imágenes, situaciones, olores, sensaciones corporales y personajes de nuestros sueños arman un contenido que solo tiene sentido para quien lo sueña y tenemos que buscarlo porque en él hay un mensaje existencial.

Dicho mensaje tiene la labor de enseñar cuáles son las fuerzas que están en conflicto dentro de uno y que no nos están permitiendo resolver los aspectos que hacen daño, o que están enquistados, o que impiden una vida de bienestar.

Tengo la sospecha de que el sueño no es ni una realización de deseos ni una profecía de futuro. Para mi es un mensaje existencial. Le dice al paciente qué situación vive y especialmente cómo cambiar la pesadilla de su existencia en darse cuenta de qué lugar histórico ocupa en la vida

Fritz Perls

Los sueños no se interpretan, sino que se actualizan vivencialmente. Es decir, la idea es entrar en la experiencia del sueño y no analizarlo mentalmente.

Trabajar sueños a través del teatro, el cuerpo y la escritura

El teatro es una muy buena herramienta para elaborar el contenido de los sueños porque sobre el escenario se exponen los distintos aspectos del sueño de forma vivencial y en un sitio seguro.

En mi experiencia en terapia individual he tenido pacientes con los cuales hemos trabajado sus sueños durante meses, usando técnicas como el teatro, el trabajo corporal y la escritura. También hemos utilizado distintos registros (emocional, corporal y mental) con el fin de que la experiencia se pueda elaborar mentalmente y así resolver el conflicto que nos trae el sueño.

Todos soñamos, hasta los que no se acuerdan, sueñan. La idea es averiguar qué función juega en la persona el no recordar lo que sueña. Por otro lado, los sueños repetitivos son situaciones que tenemos inconclusas y que el inconsciente nos “manda” una y otra vez a resolver. Tal como dice Frizt Perls, escuchar el mensaje existencial que traen nuestros sueños nos hace tomar consciencia y si esto no se resuelve, se repite.

Para terminar, el trabajo con los sueños no es magia ni premonición. Tiene que ver con aspectos íntimos e inconscientes de cada uno y el darnos cuenta de ello permite que vayamos resolviendo conflictos internos. Tiene que ver integrar nuestras partes polarizadas y en guerra, lo cual incide directamente en nuestro propio bienestar.